cuarto 12 capitulo 6: el loco(cuarta parte)


— valla, debes estar contento, ya sabes quien es el paciente 66. —dice Laura.
— pues si, en parte lo estoy. —contesta gerald.
— no lo pareces, estas muy raro, ¿que te pasa? —pregunta.
— pues me pregunto ¿que abra pasado con Judith?, ¿que tiene que ver todo esto con un riñón? Aun tengo la duda de que le ha pasado a esa chica.
— dirás adolescente; recuerda que menciono que n pasaba de 13 años.
—si, es verdad.
Llegan al auto.
— Poco a poco iré uniendo piezas —le abre la puerta a Laura, esta se sube. — antes de irnos voy a tomarle una fotografía a este lugar.
—si, es buena idea, quizás le ayude a Andrés a conectarse con la realidad. —dice Laura desde dentro del auto.
Gerald saca su celular y fotografía el motel santa Laura.
De regreso a la ciudad.
Carretera 30, cerca a la gasolinera arcángel.
5:32pm
— no, nada, no hay ninguna noticia relacionada con el nombre Andrés santos, seria cosa de buscar mejor, no se, si ha desapareado y con el una niña pues debe haber alguna noticia, por algún lado. —dice Laura con la laptop en sus piernas.
— amenos que nadie haya denunciado nada. — dice Gerald, pensativo aun.
— alguien debe de haber denunciado algo, ¿no crees? — comenta Laura. — ósea, al menos por la niña, estaba con una niña, aunque ya busque JUDITH SANTOS y nada, así que descartemos que hayan sido parientes.
— estaba pensando justamente eso, que quizás podrían ser parientes, pero creo que no.
— hay no. —dice Laura.
— ¿que ocurre? — pregunta Gerald mirándola.
— la batería de la laptop, se esta agotando, esta en 4%.
— si, olvidé cargarla en la noche.
— quería seguir buscando un poco, mas, ya no importa.
— bueno, puedes llevártela a casa, yo no soy tan buen navegador de internet, pero creo que tu si lo eres, me ayudaría mucho si buscas algunas noticias relacionadas a desapariciones, o algo acerca de Andrés.
— ¿no te importa que me la lleve? —pregunta Laura.
— no, no la voy a necesitar, tengo el cargador en mi portafolios, solo me la traes el lunes, ¿si?
—claro, no hay problemas.
— además yo conozco a alguien que me podría ayudar a averiguar algo mas acerca de Andrés santos. — dice Gerald.
— ¿de quien se trata? —pregunta Laura.
— un amigo que trabaja en la policía. —contesta Gerald.
— pero pensé que la policía no había encontrado nada del paciente 66, bueno de Andrés santos.
—por que no sabían el nombre y además lo mas posible es que la policía ni siquiera haya investigado un poco, ya sabes, vieron que era un loquito y pues dejaron que los doctores se encarguen.
— bueno, en eso si tienes razón, hace como 2 años me robaron de camino a casa, se robaron mi celular, estaba nuevecito.
— ¿Sony Ericsson? —pregunta Gerald.
— Si, de esa marca, era el k310 —contesta.
— valla, ese es un buen celular, yo tengo el w200.
— si, ese es el que tengo ahora, pero el otro solo lo tuve 3 semanas, me dio mucha frustración, denuncie el robo y pues ni caso me hicieron.
— si, a mi también me robaron un celular una ves, cuando estaba en la universidad, un sujeto me lo quitó mientras hablaba con una ex novia.
— ya veo, ¿tampoco lo recuperaste? —pregunta Laura.
— no, jamás, tuve que comprarme otro que también me robaron, por eso no confió en la policía, jamás te ayudan cuando los necesitas, esperan a que te maten para investigar.
— si, todo crimen es importante no importa si es una caja fuerte o un teléfono. — dice Laura. Se queda en silencio un instante. — por cierto, ¿tu tienes novia? —le pregunta a gerald.
— no, no tengo, he estado muy ocupado últimamente, la ultima la tuve en la universidad, hace ya unos cuantos años; justamente con ella hablaba cuando me robaron, creo que ella me trajo mala suerte.
Laura sonríe.
— Bueno, ¿no vas a preguntar si yo tengo novio?— pregunta Laura mirado a Gerald con una sonrisa.
— jejeje… bueno, supongo que no tienes.
— ¿que? — dice ella algo sorprendida — ¿por que supones eso? ¿Que acaso te parezco tan fea que no me crees capas de..?
— No, no, no… no es eso —la interrumpe — es que es preferiste pasar tu día libre buscando información acerca de un paciente con un doctor que conociste esta semana, en ves de no se… supuse que de tener un novio pues hubieras preferido estar con el, no me mal interpretes Laura, eres preciosa, tienes un carácter agradable, me sorprende mas bien que no estés saliendo con alguien, ¿o si lo estas? — la mira.
— bueno, no, no estoy saliendo con alguien, adivinó.
— ¿cuando fue la ultima ves que… no se tuviste una cita con un enamorado o algo así?
— pues, hace mucho que no, creo que desde la secundaria.
— ¿hace tanto? ¿Por que? ¿Eres muy exigente? — le pregunta.
— no, es solo que tampoco he tenido mucho tiempo, y pues esa ultima cita no salió tan bien que digamos, no se, como que me marcó.
— un mala experiencia que marco tu forma de ver las siguientes relaciones interpersonales, miedo a la…
— no seas tan técnico, es solo que pues no he encontrado al chico indicado con quien salir, no tengo muchos amigos, al menos unos que no estén encerrados y en tratamiento.
Gerald sonríe.
— ¿que te parece si un día de estos te invito a tomar algo o a comer?
— ¿que? —Laura lo mira algo confundida.
— no lo tomes a mal, no creas que siento lastima ni nada de eso, solo quiero agradecerte el haberme ayudado y acompañado además desde que llegue tu haz sido muy linda conmigo ¿que dices? —la mira.
— tu también haz sido muy lindo conmigo, es raro encontrar a un doctor sin el complejo de dios, pero aun un psiquiatra y ni hablar de los psicólogos. — ella sonríe, el también.
— ¿entonces que dice, Laura? —le pregunta nuevamente. —me aceptas salir un día de estos quizás a tomar unos tragos, no lo se.
— mmm… no lo se, déjame revisar mi agenda. — dice ella sonriéndole.
Domingo por la noche.
Gerald de encuentra en su casa, esta en la sala, bebiendo una copa de vino, escuchando unos discos de su padre que era un fanático de la música clásica; Gerald estaba revisando sus viejos libros, y algunos apuntes de su padre, tenia a su lado los experimentes de sus pacientes, era ya costumbre de el, estudiarlos siempre, leer y leer todo, revisar sus propios apuntes y algunas grabaciones que había hecho cuando no tenia un lápiz a la mano.
Tenía en la mano unos viejos, pero sanios apuntes de su padre, los cuales hablaban acerca de un paciente que su padre trató, un caso que sin duda le interesaba ya que era el mismo caso de la paciente Mirna Hernández, la joven muchacha con personalidad múltiple, un caso que le atraía mucho, ya que nunca había tratado a alguien con ese trastorno, en su mirada se notaba gran concentración en su lectura, leía los apuntes de su padre como si leyera una novela de suspenso que lo tenia atrapado, clara muestra de interés u profesionalismo.
Parecía que nada lo podría sacar de su concentración, pero en eso el teléfono suena sacándolo de golpe de su lectura.
— ¿hola? —se apresura a contestar el teléfono, el cual estaba cerca a el a lado de la lámpara sobre un mueble en su sala, justo a su derecha a lado del sofá.
— hola, ¿Gerald? ¿Gerald Domínguez? —pregunta alguien por el teléfono.
— si, eso soy yo… ¿Quién habla?
— soy yo, Jesús alcántara — contesta.
— Jesús, amigo, ¿Cómo has estado? —Saluda muy emocionado — te he estado buscando todo el día, no sabia si aun vivías en la casa de tu mamá, la última ves aun estabas viviendo ahí.
— si, pero ya me he cambiado, hombre, que gusto saber de ti.
— igualmente, hermano, tu mamá me dio el numero de tu nueva dirección, me contó que ya estabas casado, felicitaciones por eso.
—jajajaja… gracias, gracias, hermano; apenas llegue encontré un mensaje en mi contestadora, y decidí llamarte, todo el día he estado fuera, Salí a pasear con la familia, ya sabes.
— si tu mamá me conto que ya eres papá de un niño de 3 añitos, felicitaciones pro eso también.
— gracias, hombre, disculpa que mamá no te haya dado mi numero de celular…
— si, ya me conto que te lo han robado.
— si, imagina eso, a un policía le robaron su celular, ¿no es irónico?
Ambos se ríen.
— ¿y en que andas curalocos? —le pregunta.
— pues estoy trabajando en el hospital de salud mental SANTA ROSA, ¿que te parece? En el mismo hospital que trabajó mi papá.
— te felicito, de verdad se que eso es muy importante para ti, amigo.
— ¿si, y como te va? —le pregunta.
— pues me va bien, aunque solo llevo ahí una semana.
— jejeje… sin duda serás el mejor en poco tiempo.
— ¿y tu? La última vez estabas por hacer el examen para ascender, ¿lo lograste?
— claro, ascendí en la policía ahora estoy en el área de investigaciones; con mejor sueldo, mejores prestaciones, claro algo de ayuda de a dentro me sirvió mucho, ya sabes como son estas cosas.
— si, me alegra que ahora estés mucho mejor, y me alegra que te mudaras de casa de tu mamá jajaja…
— no te rías, además si no hubiera dado ese examen para ascender aun seguiría con ella.
Ambos ríen nuevamente.
—Jesús, yo quería pedirte un favor, amigo
— ya sabia que algo me ibas a pedir, desgraciado. ¿Qué es?
Ríen.
— bueno, necesito información, amigo, información acerca de una persona. —le dice.
— ¿de una persona? Explícame mejor eso, ¿tienes algún problema, amigo? — le pregunta.
— pues veras, no tengo problemas, no te apures, pero necesito información acerca de una persona a la cual estoy tratando.
— ¿un loquito?
— no le… bueno, como sea; este paciente no habla, no dice nada, llego al hospital hace unos 2 años y algo, nadie se hizo responsable de el, de su pasado no se sabe nada, absolutamente nada, yo logre encontrar su nombre, y pues quiero que me ayudes a averiguar si este paciente esta en los registros policiales de la ciudad, quizá como desaparecido, no lo se.
— entiendo, no hay problema, díctame el nombre…
— incluso tengo una foto.
— ah, mucho mejor, envíamela por correo, te dictare mi correo, envíame ahí su nombre y todo lo que tengas.
— muy bien, de verdad necesito saber quien es este paciente, su estado es muy complicado, estoy seguro que si encuentro a alguien cercano a el podre ayudarlo y sacarlo de cuidados especiales.
— entiendo, no te aseguro nada, pero si alguien ha denunciado su desaparición pues seguramente lo encontrare.
— de verdad te lo agradezco amigo
Gerald y Jesús se quedaron hablando unas cuantas horas más, se quedaron hablando hasta las 11:34pm, después Gerald siguió leyendo hasta más o menos las 2:23am
Lunes por la mañana.
— Buen día doctor —saluda la recepcionista del primer piso a Gerald que va llegando.
— buenos días, Andrea. —Contesta — ¿alguna novedad para hoy?
— no, ninguna, todo esta correcto.
—genial.
Se dirige a su consultorio.
en el camino se encuentra con leura.
— Gerald, ¿como estas? —le saluda.
— Hola, comenzando el día, veo que tú ya estas trabajando —ella estaba llevando unas mantas a una de las habitaciones.
— si, tu laptop esta en mi casillero.
— muy bien, ¿me lo das a la hora de almuerzo, correcto?
— muy bien, separare una meza al llegar.
— bien, nos veremos después, Laura.
Mas tarde el doctor Gerald comenzó su trabajo, revisó a sus pacientes siguiendo el horario que había creado, a la segunda hora le tocaba visitar a Andrés el paciente de la celda 66 de cuidados especiales.
Después de terminar con el primer paciente se dirigió al sótano, estaba muy entusiasmado, quería comenzar a trabajar con el lo antes posible.
En el camino a la celda 66 se cruza con el jefe de piso el doctor Aguirre.
— buenos días doctor.
— buenos días doctor Domínguez, lo estaba esperando. —lo detiene en medio del corredor.
— ¿quería hablar conmigo? —le pregunta.
—si, es acerca del paciente 66.
— ¿que ocurre con el?
— lo he propuesto para una operación experimental, basada en los impulsos…
Lo interrumpe.
— ¿a propuesto a uno de mis paciente?
— si, para una operación experimental con unos doctores alemanes, lideres en cirugía psiquiátrica, están analizando a su paciente ahora para…
Gerald interrumpe nuevamente.
— ¿que? Debieron esperar a que yo llegara… —se dirige a la celda 66 rápidamente el doctor Aguirre va tras el.
Llegan a la celda 66, dentro unos doctores alemanes estaban tomando muestras de sangre y estaban revisando al paciente el cual estaba claramente dopado.
— ¿bueno días? —dice Gerald entrando a la celda 66.
Los 4 doctores que estaban dentro analizando al paciente 66 voltean a mirar al joven doctor.
—guten morgen —le contestan los doctores.
— Soy el doctor Gerald Domínguez, este es mi paciente, yo quisiera que alguien me explique claramente que esta pasando aquí —dice Gerald con una muy clara seriedad.
Uno de los doctores se acerca al hombre mayor, también vestido de bata blanca, sin duda un psiquiatra que estaba con unas pinzas médicas midiendo el cráneo del paciente 66. Le susurra algo en la oreja.
El hombre mayor se acerca a Gerald, le da la mano.
— guten morgen, doktor gerald. Ich bin Dr. Franck Fremont, Angels General Hospital Direktor der renommiertesten von ganz Deutschland
— eh… no entendí nada… lo siento —gerald mira al doctor Aguirre, este lo ve y sonríe.
— esta hablando en alemán, doctor Gerald, yo le traduzco —dice uno de los doctores que estaba dentro de la celda con un claro asentó alemán, al menos se e entendía.
— se lo agradecería.
— Muy bien, antes que nada soy el doctor Angus Geert, y el es el doctor Franck Fremont, director del hospital general Angels, el mas prestigioso de toda Alemania.
— ¿que me dijo? —pregunta Gerald.
— le ha saludado y se ha presentado con usted.
— ah, ok —Gerald le da la mano otra ves. — mucho gusto, pero me gustaría una clara explicación, Yo tenia hoy que trabajar con este paciente y me dicen que lo han seleccionado para una cirugía cerebral.
El doctor geert se acerca al doctor Fremont, le susurra algo en el oído y este asienta con la cabeza al doctor Gerald y regresa a seguir analizando al paciente.
— bueno, yo le pondré al tanto de todo. Vamos a fuera, ¿si?
Gerald mira a su paciente.
—no se preocupe, solo es un análisis de rutina esta dopado nada mas.
—ok.
Salen Gerald, el doctor Aguirre y el doctor geert.
— bien, hemos seleccionado al paciente de esta celda para una cirugía cerebral experimental, centrado en las partes del cebero encargadas de la memoria, conciencia y sueño, esta cirugía es aun experimental, pero hemos notado un avance considerable entre los pacientes que han sido sometidos a esta cirugía. Sobretodo los que al parecer habían perdido por completo la razón, esta cirugía es un proyecto dirigido por el doctor Franck Fremont, con mi humilde colaboración, yo soy cirujano cerebral también.
— bueno, estoy al tanto de los avances de la cirugía cerebral, y de los logros que se han alcanzado últimamente, pero pues estoy trabajando con este paciente, y pues no creo que sea lo mas recomendable una cirugía como es que pues debería estar reservada solo para pacientes con perdida completa de memoria, razón y complicaciones peores, mi paciente no ha perdido aun por completo la razón, yo estoy trabajando con el y considero que un tratamiento a través de ejercicios mentales y de la memoria podrían hacer que este paciente avance en su mejoría, si necesidad de una intervención quirúrgica.
— nosotros le presentamos una alternativa que a priori puede causar un adelanto en la mejoría de su paciente.
— y que también podría hacerle perder la razón por completo, ¿o me equivoco? —contesta Gerald
— los doctores han llegado desde Alemania ayer, — agrega el doctor Aguirre —han recorrido un gran camino, han elegido nuestro hospital para realizar sus prestigiosas cirugías, si bien experimentales, tiene un alto nivel de logros en lo que mejoría del paciente se trata.
— Así es, revise esto cuando lo crea pertinente— le da un CD de datos — es una larga y clara explicación y descripción de nuestros procesos y de nuestros avances en neurología avanzada.
—ok, lo revisare, no dudo que sus cirugías puedan causar grandes mejoras y avances en los pacientes, es solo que no creo conveniente que a mi paciente se le tome en cuenta para estas cirugías, quiero ser yo el que lo ayude en su recuperación.
— bueno, doctor Gerald, con todo el respeto, nosotros seleccionaremos 12 pacientes, de los cuales ya tenemos seleccionados 3 hasta ahora entre esos 3 el de esta celda, el cual tiene las características adecuadas para ser operado. Tenemos el permiso del jefe de piso y del director del hospital.
— ¿el doctor herrera autorizo esto? —pregunta extrañado.
— Así es, tengo los permisos firmados en mi oficina —contesta el doctor Aguirre. — esto esta por encima de usted doctor, solo esperamos su colaboración.
— lo lamento, pero necesito hablar con el director, no estoy de acurdo con que operen a mi paciente, —le da la mano al doctor geert —no puedo decir que fue un placer conocerlo —se retira.
Gerald muy enfadado sale del sótano y se dirige a hablar con el director.
— ¿doctor? —dice asomándose por la puerta de la oficina del director, el doctor herrera.
— Gerald, ¿como estás muchacho? Adelante.
— Buenos días, doctor, — se acerca a su escritorio—debo decirle que no estoy muy bien el día de hoy.
— ¿y eso por que, muchacho? —pregunta mientras apuntaba algo en unas hojas.
— pues me dirigía a darle tratamiento a un paciente mío, en cuidados especiales, y resulta que unos doctores alemanes lo han seleccionado para una cirugía experimental cerebral, cosa que no me parece pertinente. Dicen también que usted autorizo esto.
— estoy al tanto de eso, y si, yo autorice que estudiaran a los pacientes de esa área y que seleccionaran a los que estén dentro del rango necesario para la cirugía, es decir los que tienen los trastornos que ellos tratan de estudiar y curar. No sabía que erigirían uno de tus pacientes.
— pues han elegido a mi único paciente en cuidados especiales, paciente que estoy tratando de sacar de el sótano y que me interesa tratar sin cirugías, doctor, yo… yo le agradecería si pudiera obviar a mi paciente de esa cirugía.
— la verdad eso es algo imposible, ya di mi autorización para que trabajen con los pacientes que consideren aptos para la cirugía. Además el hospital del que ellos vienen es un hospital de gran renombre en toda Alemania y partes de Latinoamérica, han revolucionado las cirugías con sus técnicas avanzadas, es casi un honor que nos eligieran para sus estudios.
—pero doctor…
—yo tengo negocios muy importantes con el director de ese hospital, incluso el mismo ha venido, debes haberlo visto.
— si, es uno alto de cabello y barba blanca. Pero doctor yo…
— mira, las colaboraciones que nos darán monetaria y físicamente nos van a ayudar mucho, hay maquinas que se necesitan en este hospital, maquinas muy avanzadas para el estudio de algunos casos, este hospital alemán se ha comprometido a mandarnos maquinas nuevas e innovadoras, maquinas que no se consiguen así de simple aquí en Latinoamérica.
— entiendo eso, doctor; pero es que yo quiero seguir mi estilo de trabajo cone se paciente, una cirugía podría ser un gran paso, lo se, pero también podría ser un paso en retroceso, y eso usted lo sabe.
— Gerald, lo lamento, pero la decisión esta tomada, muchacho; no seas pesimista, hay probabilidades de que esta cirugía ayude a tu paciente, quizás mas rápidamente que cualquier otro tratamiento.
— estas cirugías experimentales no aseguran nada a un 100% doctor, no dudo que tan buen doctores sean los que se encargaran de la cirugía, pero no quiero exponer lo que he avanzado con el paciente 66, aunque sea poco.
—lamento no poder hacer nada, muchacho, la decisión esta tomada y firmada, créeme que de haber sabido que estabas tratando a ese paciente hubiera obviado su nombre, solo por el cariño que te tengo y mi amistad con tu padre, pero las cosas ya están firmadas y retractarme seria una ofensa, espero me entiendas, Gerald.
— lo se, solo que pensé… ¿cuando es la cirugía? —pregunta.
— pues esta semana estudiaran a los pacientes, y seleccionaran a los 12, supongo que la otra semana comenzaran a trabajar con ellos.
— si logro en esta semana una mejora aparente, del paciente 66, es decir logro una clara mejoría en el un avance, lo sacarían de los seleccionados para la cirugía, ¿cierto? —pregunta con una mirada bastante seria.
— mmm… pues el avance tendría que ser bastante notorio en relación su estado actual, solo de esa manera los doctores se verían obligados a seleccionar otro.
— bien, entonces trabajare estos días arduamente para lograr que ese paciente salga de la lista de los shindler.
—de verdad crees que en una semana logres sacar al paciente de su estado actual, los pacientes en cuidado espacial y mas aun los que presentan una perdida casi total de la razón necesitan muchos años para salir de ese estado, y algunos ni lo logran, perdóname gerald, pero si logras sacar a ese paciente de su estado mental en una semana, entonces ganarías un premio novel, muchacho.
— se que es difícil, pero el paciente 66 es un caso especial que no es como los otros, no es una pedida total de la razón, solo esta atrapado dentro de un recuerdo o suceso traumático, y estoy trabajando para sacarlo de se estado, apurare las cosas, doctor, no pienso dejar que operen a mi paciente, ya que no es necesario —se dirige a la puerta — aun tengo el resto de la semana, voy a trabajar muy duro doctor.
— esa mirada que traes me recuerda a la de tu papá…
— ¿que mirada? —pregunta a lado de la puerta abierta.
—cuando tu padre se metía de lleno en un caso, tenia esa misma mirada de confianza en si mismo y de decisión. Si crees que en esta semana sacaras al paciente 66 de su estado y lo sacaras de la lista de los que serán operados pues adelante, Gerald.
— Muy doctor —se retira.
— este chico si que se toma muy en serio su trabajo, es un gran profesional. —dice el doctor herrera mientras regresa a lo que estaba haciendo.
Más tarde, cafetería del hospital.
Gerald y Laura.
— así que ahora solo tienes una semana. —dice aura comiendo su ensalada. —es muy injusto, creo.
— lo se, pero son ordenes del director, pensé que e ayudaría, pero no puede hacerlo —dice Gerald concentrado en su laptop.
— ¿que hay en ese disco que estas viendo? —pregunta Laura.
— son los estudios de sus cirugías, sus técnicas y sus procedimientos, me lo dio uno de los doctores alemanes.
— ya veo, yo los vi en la mañana, son bien altos, a uno le llegaba a las justas al codo.
—según estos datos, la cirugía vendría a ser una versión actualizada de la lobotomía.
— ¿no estaban prohibidas? —dice Laura, seguía almorzando su ensalada.
— si, pero esta cirugía no es considerada una lobotomía como tal ya que solo introducen unas pinzas dirigidas a través de una computadora, en el cráneo y estimulan partes del cerebro, dependiendo del mal que aqueje al paciente.
— valla, ¿y no crees que eso pueda ayudar a Andrés? —pregunta Laura.
— es una posibilidad que no quiero explorar, esta es una cirugía experimental, por mas logros que hayan tenido no nos asegura nada, podrían terminar eliminando toda la poca razón que tiene Andrés, y eso seria peor, yo creo que Andrés no necesita una operación, solo necesita…
—conectores. —interrumpe Laura.
— si, y lo pero es que solo tengo esta semana Laura.
— yo trate de buscar lo que pude acerca de Andrés en internet y en lo que se trata de noticias y esas cosas no encontré nada, aunque hay muchos Andrés santos en paginas de hacer amigos.
— ¿redes sociales? —pregunta Gerald, mirando su computadora.
— si, ahí hay muchos, trate de revisar algunos, pero la verdad es que hay demasiados, mas de mil y de eso no estoy segura.
— mmm… debo encontrar toda la información posible acerca de Andrés, no seria mala idea buscarlo por ahí, después de todo es joven, y sabemos que no nació así, así que debe de haber tenido una vida normal, por así decirlo.
— ¿quieres que me ponga a buscarlo en esas redes sociales? —pregunta laura con una cara de disposición.
— ¿lo harías, Laura? —Pregunta Gerald — ¿de verdad lo harías?
— si, no hay problemas, después del trabajo podría buscar en esas paginas, claro va a tomar tiempo, son miles.
—bueno, tenemos una semana, no se si en una semana podrás encontrar algo de utilidad… si es que hay algo de utilidad.
—mmm… agotemos probabilidades, quizás tengamos suerte, hare mi mayor esfuerzo, además tu computadora es rápida.
— de acuerdo, te llevas mi laptop, ¿si? realmente eres una gran amiga, Laura, te voy a recompensar por esto.
— ¿aunque no encuentre nada? —pregunta.
— claro, el esfuerzo cuenta, cuando terminemos con eso y si logramos salvar a Andrés de la cirugía iremos a cenar al mejor restaurante de la ciudad. ¿Si?
— muy bien, hare mi mejor esfuerzo. —sonríe.
Más tarde ese día.
Celda 66, sótano.
Gerald sentado en la cama de a celda, en una esquina Andrés, cerca la camisa de fuerzas y las fotografías del motel.
— estuve en el hotel santa Laura, Andrés. —Dice Andrés con una cara de preocupación.— pensé que llamarte por tu nombre te ayudaría a conectarte, pero no muertas ninguna reacción, tampoco a la foto del motel. Pensé que esto ayudaría, creo que me equivoqué, o me entusiasmé demasiado con la idea.
Se acerca a Andrés.
— vamos, amigo, dime algo, esos sujetos que vinieron hoy te quieren hacer hoyos en el cráneo, ¿entiendes? … bueno, ya se que no entiendes, pero…pues debes ayudarme, necesitas recuperarte, se que hay consiente dentro de tu mente.
— Judith… cuarto 12… —murmura Andrés.
—Riñón —dice Gerald.
— Riñón… riñón… cuarto 12… —repite Andrés.
— un momento… —se sorprende —no habías dicho eso, jejeje… no habías dicho riñón —se coloca de cuclillas cerca a Andrés, coge las fotos del suelo. — parece que… pude que las fotos hayan estimulado tu habla, los conectores están funcionando sin duda, jajajaja… —ríe — después de todo no fue tiempo perdido, amigo. Parece que estimulamos tu habla, a través de imágenes… esto es interesante.
Gerald se aleja, se sienta en la cama nuevamente, medita un poco.
— puede que tu mente se conecte mas rápidamente con imágenes, o quizás el hecho de llamarte por tu nombre estimulaba la respuesta; de verdad eres un caso muy interesante, amigo. No se que te abra pasado, ¿si? pero voy a descubrirlo, tengo que descubrirlo, tengo una semana para averiguar todo acerca de ti, y de Judith… se que ella es algo importante en tu cabeza.
— Judith, cuarto 12… —murmura Andrés.
Gerald se queda en silencio unos instantes, con esa mirada analítica, miraba fijamente a Andrés, notó algo. Se acerca un poco.
— ¿estas mirando la fotografía del hotel? —pregunta, acercándose mirando los ojos de Andrés. — si, estas mirando la fotografía, la estas mirando, amigo…
Esto sorprendió a Gerald, la mirada de Andrés desde que lo conoció según los daos de doctor aguilera, habían estado sin fijarse en algo, estaban perdidos en todo momento, sin duda este descubrimiento era muy importante.
Gerald se aleja nuevamente.
— te voy a dejar la foto, Andrés. Te la voy a dejar aquí, daré ordenes de que la dejen aquí en el rincón para que la veas cuando quieras, —se acerca a el y le coloca la camisa de fuerzas. — debo irme, amigo, ya es tarde, —mira el reloj —hemos dado un gran paso hoy, ¿si? mañana seguiremos trabajando, dedicare todo el tiempo posible a tu tratamiento, debo sacarte de cuidad especiales, no descuidare a mis demás pacientes, no te preocupes, pero tu eres mi prioridad ahora, ¿si? —Termina de colocarle la camisa de fuerzas. — voy a seguir estudiando muy cuidadosamente tu caso, si es posible leeré todos los apuntes de mi padre para entender mejor tu estado, pero de esa cirugía sales pro que sales.
— cuarto 12… Judith… Judith…
—tomare eso como un gracias…
Esa noche Gerald llega a casa y busca los viejos escritos de su padre, sus apuntes y análisis respecto a sus antiguos pacientes; pacientes a los cuales trató y ayudo a mejorar.
Al igual que Gerald, su padre era muy minucioso en su labor, guardaba registro de todos los avances que lograba con sus pacientes, Gerald tenia la esperanza de que en alguno de esos viejos pero ricos apuntes encontrara algo que le ayude a conectarse mejor y mas rápido con su paciente.
Si bien estaba avanzando, los pasos eran muy lentos.

continuara...

Escrito por: FranckPalaciosGrimaldo (2010-07-06)


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