Recuerdo aquellos diciembres, en que me creía super-fea. Mis padres han colaborado siempre en mostrarme un espejo oscuro de mi ser. Nada lo hago totalmente bien, mis metas nunca son alcanzadas y mi autoestima la mayoría de veces, está por mis rodillas. En aquel entonces, veía toda la ropa a estrenar como unos grandes monstruos al asecho. Nada supuestamente me servía, no había talla para mí. Vagaba temerosa de que se fijaran en mi persona. En ese tiempo tenía aproximadamente 15 años, el cabello largo muy negro y el adorno de la juventud. Mi hermana contaba con 14 años, pero ella no se encontraba tan asechada por la apariencia. Ese diciembre, caminamos y caminamos tiendas. Y en el tercer comercio deduje que dos muchachos sumamente tímidos nos seguían. Me pareció cortés pero no dije nada. Dejé que nos siguieran en procesión, pensando que no ERA TAN FEA como me lo hacían creer, mi grandiosa familia hoy le repito miles de veces lME GUSTO YO.ESO ES LO IMPORTANTE!
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