Juan- primera parte de una novela.


La reflexión le hizo darse cuenta de varias cosas, siempre le abría varios caminos desconocidos, que sólo se lo daba el letargo de una larga concentración.

En este caso, su meditación iba dirigida a pensar un plan eficaz, que no le permitiese fallas en su meta de hacerse millonario.

 A veces, reflexionando, su mente llegaba a desviarse y sus pensamientos se llenaban de delirios de grandeza, dándole rienda suelta a sus sueños, y olvidándose por completo del plan.

Por otro lado, su cuarto, de instalaciones poco confiables, y aún más reducido que el de un cuarto de promedio normal.  Condenado a confiar las pertenencias en aquel lugar, y que cada día que pasaba inspiraban en él, menos vitalidad. Todo indica que la idea de convertirse en millonario nació de esa inconformidad. Recostado en una cama modesta, soñaba con los placeres del mundo, pensando en los momentos no vividos, en los que imaginar le provocaba gran placer, y no costaba, y contribuía, de paso, a olvidar temporalmente el desagrado donde se encontraba.

Tampoco podía olvidarse del cuartito así tan fácil, los ocho años de vivencia en él, crearon un fuerte vínculo visual con el entorno del cuartito, tan familiar y acostumbrado a su visión, que conocía cada palmo de arranque; donde estaban las manchas oscuras, pequeñas y no tan pequeñas de la pared; los pequeños orificios de las esquinas; donde las arañas guardaban sus óvulos procreativos y él jugaba a provocarlas, a veces con un fosforo, rasguñando débilmente para provocar temblor en el interior de la telaraña.

Abrió así de Recordar aquella vez, en la que, sin nada que hacer, comenzó rasguñar la telaraña de una, y ésta a raíz del temblor, comenzó a salir mostrando las patas velludas. A Juan le distrajo tanto el juego absurdo y la determinación con que la araña defendía su hueco, que optó por dejarlo para más tarde e irse a la calle a comer algo. Aquel mismo día, luego del regreso, encontró a la araña tejiendo, reparando los daños provocados por el palillo de juan, y que al reparar en la presencia de este, parase todo movimiento de trabajo, y sensorialmente intuida del peligro, se metiese a su hueco lentamente, desde ese momento, no se atrevió más provocar de esa manera a una araña, que valoraban tanto su vida insignificante.

 



Escrito por: Violinista (2010-09-15)


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Interesante.
Esperamos por más.. happy





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