La historia de Séptimo 1º parte |
La luz del mediodia cubre las calles de New Valley, el ruido de las carretas y el galope de los caballos hacen eco por la ciudad. Los gritos de los comerciantes y de los niños jugando llenan la atmosfera de paz. El sonido de una campana anuncia el inicio de las clases, los padres acompañan a sus hijos a la Catedral de Jeunico, nombre del sacerdote y fundador de la ciudad. Sentado en una banca un joven comerciante descansa, con un rostro que refleja cansancio suelta un fuerte bostezo, sin darse cuenta que alguien se le acerca por detrás. Aquel hombre de 1,83, de barba negra, mira al joven con reproche. El joven se levanta con pereza y lentamente regresa a su puesto, seguido por aquel viejo gigante. Herrero: "Deberias poner más empeño en lo que haces (calmado) Tu padre no era del tipo que se rinde fácilmente" Joven: "No quiero escuchar más sobre él (mirando a otro lado, cansado) gracias a él...debo estar parado aqui todo el dia (agarra un vaso) Hay que ser torpe para levantar una puesto de bebidas a una cuadra de la taberna de la ciudad" observando al cartel del bar, a poca distancia. Herrero: "¿Qué tiene de malo? Yo vengo siempre que tengo sed" El débil sonido de la madera siendo golpeada, detiene la conversación. El joven no ve ha nadie pero al asomarse más alla del mostrador ve a una niña de cabello naranja golpeando el puesto con una moneda. La joven detiene sus golpes y lo mira. Extendiendo la mano que sostiene su moneda, abre su boca dejando salir su dulce voz. Angelica: "Un jugo de piña, por favor" El joven se queda sorprendido, entonces voltea hacia atrás. Aquel viejo herrero lo mira con un rostro feliz. Herrero: "Nada (se rasca la nariz, desviando la mirada) ¿Aun crees que es aburrido este trabajo?" Joven: "Se claro" frunciendo el seño Herrero: "Puedes conocer a muchas personas...sin mencionar las hermosas jovencitas que pasean por aqui" sonriendo Joven: "Callese de una vez anciano" El joven le ignora y comienza a prepara el jugo para la niña, quien se sienta y espera su pedido. Mirandolo con inocencia, la joven empieza a hablar con el herrero. Joven: "Oye, Angi (agarrando el jugo de piña) ¿No deberias estar en el colegio?" Angi: "Tu tambien deberías estar alli, sabes" Herrero: "Jajaja, sera mejor que te quedes callado" burlandose Joven: "No pienso volver alli...deje el colegio" Herrero: "Ah, si...¿cuando lo decidiste?" Joven: "Desde hoy, sere como mi padre y me convertire en un soldado del palacio real" Herrero: "No decidas tu futuro tan rapidamente" algo preocupado Angi: "Entonces yo tampoco ire más a la escuela" Aquellas palabras causan un largo silencio, Angi observa a los dos con los rostros serios y mirando hacia el suelo. Joven: "Angi (debilmente, hace una pausa) ¡NO DIGAS ESTUPIDECES!" Angi y el joven comerciante comienzan a discutir en medio de la calle. El herrero decide retirarse. Herrero: "Los jóvenes de ahora (piensa) siempre actuan sin pensar" retirandose Luego de dar unos pasos, el herrero recibe un golpe en la cabeza. El sonido de un vaso caer hace eco en el ambiente. Joven: "¡No se crea que se ira sin pagar!" Angi: "No debería aprovecharse de una discusión para irse sin pagar" enojada Luego del mediodia, el joven comerciante se preparaba para cerrar su puesto cuando un hombre llego: aquel hombre poseia un manto de cuero alrededor de su cuerpo, gastado y con algunos agujeros, sus zapatos eran viejo y su rostro mostraba que venia de muy lejos. Extranjero: "¿Podrias prepararme algo?" Joven: "La iglesia esta por alla (señalando) ahi seguro que le daran algo" cerrando el puesto y retirandose Extranjero: "Un gusto en conocerte...me llamo Camio, recien llegado" Joven: "Soy Luis Séptimo, y he vivido aqui desde que tengo razón" Extranjero: "Sera un gusto verte de nuevo" siguiendo su camino Mientras el extranjero se retiraba, Luis decidio seguir su camino sin preocupación alguna. Luis: "Debo irme de aqui lo antes posible" piensa |
Escrito por: LEVC (2010-09-21)
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