Padre, no padre.


En el parque Dimagó alberga un huésped solitario

Perdedor de dos hijos de nombre nunca nombrados

El viento en la acaricia, levita un mar de hojas del suelo

Sin embargo

Sus ojos que se ven algo lejanos, no presentes

Busca la tristeza, y las hojas llorar en él

Planean Sobre el aire en una liviandad jamás vista

Sangrando en el viento, atónitas los símbolos de los que callan

El silencio que se acomoda en las ráfagas de viento

El dolor que abriga en el alma inmensa

Su bondad le trae más tristeza.

Y preparando para unirse, irse de verdad

Muere en un lecho frio, sin hojas,

Porque ya se han ido, y no volverán nunca más.



Escrito por: davidz_777 (2010-10-25)


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Tan triste como hermoso....
Conmovedor.
Gracias por compartirlo.





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