En una escuela de cocina se conocieron un chico y una chica. Se hicieron amigos, después novio. Se recibieron des chefs y repostera. Al tiempo se casaron. En la boda el chico le prometió a la novia que le iba a cocinar su plato preferido hasta después de su muerte, La chica dijo lo mismo pero con postres.
El padre les había comprado un restaurante. El chico hacia comidas, y la chica los postres. Un día el chico se murió, y la chica siguió con lo promesa, todas las noches, le llevaba postres al cementerio, y al otro día no estaban. Ella le siguió llevando hasta que un día, se olvidó la cartera en la tumba y cuando la fue a buscar, vio a un hombre que le había sustraído la cartera y el postre. Se dio cuenta que era un ladrón el que le comía los postres, y no su marido. Se puso muy triste y se largo a llorar.
Al otro día, se despertó y preparo el postre mas sabroso y grande que ella sabía hacer, y lo llevó a la tumba luego se retiró lentamente. Al día siguiente compró el diario y en la portada decía: “GUARDIA NOCTURNO DEL CEMENTERIO MUERTO DE UN ATAQUE AL CORAZÓN”.
La joven cerro el diario, entró a su casa y tomando una botella de veneno para ratas, la enterró debajo de una planta.
Mas tarde tranquilamente se vistió y marchó hacia su trabajo.