El hombre del tercer ojo


Respiraba hondo y exhalaba con tranquilidad, su postura era Yogana, e intentaba alcanzar la paz absoluta. La calva le brillaba por la luz del resiento, y en su frente, tenia una abertura cerrada, como de un parpado durmiendo, sin pestaña ni ceja. Me habían advertido de esto, por lo que no me impaciente tanto cuando lo vi.

Él había advertido mi presencia, y en vez de saludarme o abrir sus ojos al menos, no se inmuto ante mí. El sabía de mi visita.

El salón como de esperar, tenía el matiz de un templo, debajo de la luz amarilla, sobre una mesita, se podía oler hojas de eucalipto y una pequeña radio que imitaba el canto bello de la naturaleza. Las paredes color aserrín y el suelo macizo roble. Daba la sensación de estar en un templo real.

Una vez adentro, cierro la puerta corrediza, entro al circulo de una alfombra verde áspera donde el estaba también, e imito su posición poniendo también mis manos cucharita sobre mis rodillas.

-Hola

Hola…- suelta el joven sin inmutarse, casi musitando.

-es impresionante lo tuyo, ¿sabias? Todos hablan de ti-

-Muy calmado, luego de un escalamiento-no Hare comentarios sobre eso, no seria apropiado-

-¿Cuál es el problema?

- la arrogancia no lleva a ninguna parte.

Dejo unos segundos pasa, y luego de reflexionar un momento hablo- ¿sabes? Yo tengo dos hijos, y han pasado por esta etapa también.

-a mí no me interesan sus hijos

-claro, no lo hice con ese propósito, solo quise darte un ejemplo.

-¿ejemplo de que? De la estupidez.

Encarecidamente lo tome el comentario por algo normal, algo con lo que tengo que lidiar, y calle.

-El joven vuelve a hablar-los jóvenes de hoy están perdices, andando con sus vestimentas de colores, gafas grandes, intentando llamar la atención en la calle, me da repugnancia, ni siquiera saben escribir su propia lengua, no saben nada de su cultura, nada de nada, son todos unos ditotas.

No reaccione mal ante el comentario, mantuve la calma y con algo de esfuerzo me guarde el comentario.

-Así es hombre-vuelve a decir- aunque usted no lo crea, sus hijos siguen esos pasos, todos los malditos crios lo hacen, ya nada es como antes, ahora se divagan en paginas Web enfermándose con todo de la red, vertiéndose y hablando raro, ¿todo para que? Para hacerse notar, para eso!! Son unos entupidos!!

-te doy la razón- conteste – pero yo he criado a mis hijos, y se que no son así.

-¿eso cree?- habla él- usted no los controla las 24 hs, no puede saber si hacen o no hacen algo, ellos lo engañan, todos los jóvenes mientes, son ignorantes y mentirosos, acaso..

-cállate-le interrumpí de un grito, el joven de un acto reflejo se sobre salto- ¿tu crees que los conoces mejor que yo? ¿he?, yo los eduque bajo el mas estricto orden, a ti no parece, por que si no , no estuvieras casi mas de 2 meses enserado en una habitación, preocupando a tu madre, ¿eso te hace mejor que mis hijos.

El joven se veía que intentaba mantener la calma con sus ojos cerrados

-¡!!Contesta!!! –Grite- irremediablemente abrió por fin los ojos, me miraba inexpresivo, sorprendido.

¿Tu crees que eres mejor que mis hijos? ¿He?- con mi palma, le chisque la frente donde tenia su “tercer ojo” y la tinta de un marcador barato que se descarrío en su frente- el se tiro para atrás, y con sus manos se sostuvo, observándome expectante.

Me levante de un salto y me acerque a la pared y con sus uñas algo largas, desgarre como quien pasa la uña por un pizarrón, el papel decorativo se rompió, dejando ver un pedazo de pared, desgastada y sin revocar-¿crees que eres mejor que mis hijos por tener pared de papel? ¿He?

Con mi mano derecha le di un cachetazo a la radio que callo al suelo, y de un puño embravecido partí en dos la fina y delicada mesa. Dejando escapar un pedazo de pata con filo, Lo levante y me acerque al joven, este se arrastro sin sacarme la vista, las bolas de sus ojos parecían que se le iban a salir, estaba temblando sin racionar.

Pronto la puerta se abre, entra la señora y abraza a su hijo desesperada, echándome una mirada desconcertante- lárguese- dice

Yo no le ice caso, tampoco me hacerme mas, solo quede observándolos-

Lárguese le acabo de decir- dice nuevamente.

Me quedo sin moverme, de mi mano, se desprende el palo y cae al lado de mi pie, respiro. Y me doy media vuelta, dejando esa imagen gravada; la madre que abrazaba a su hijo, el que se limitaba a callar, y luego reconfortarse en el seño de su madre. Cerré la puerta con cuidado, y me fui.

Una vez afuera, todo eso carburaba en mi cabeza, últimamente no estoy haciendo bien mi trabajo, la gente me llama cada vez mas poco, en vez de solucionar problemas los empeoro, me he dado cuenta, que he perdido mi dote de psicólogo. Subo al colectivo, pago, y veo a un montón de jóvenes vestidos de arco iris, con peinados raros, y de mas, respiro hondo y me preparo para mi siguiente cita, intentare hacerlo lo mejor posible, y si no, juro que dejare el trabajo.

Escrito por: Stick (2010-06-22)


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