Juego |
Luego de comprar el boleto de lotería, tuvo una corazonada. A diferencia de otras veces que rechinaba de emoción, esta vez se comportamiento era extraño, debido tal vez a no querer perder esa sensación magistral llamada corazonada, que quiso mantener hasta la hora de raspar. Con la moneda situada entre las yemas de los dedos, y esa extraña sensación similar a la divinidad, se predispuso a sacarle el esmalte al boleto. Se abstuvo de intentar esos juegos mentales que antes hacia para darse suerte, y con los cuales, si eran derrotas, hasta terminaba perdiendo la fe en el mismo. Así que hizo lo todo contrario, intentó soltar toda fe que había en él, cosa que si perdía No se iba a decepcionar tanto. Una vez desmantelo todo el recuadro importante, le dio un rápido soplido a la superficie del cartón, dejando los números más estructurados a la vista.
Y como es de esperar, había ganado, pero había perdido toda la fe en ello. |
Escrito por: Sebas (2010-10-27)
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