Claustrofobia


- ¿A qué piso va? –un hombre enfundado en un estrecho traje de raya diplomática lleva en su mano izquierda un maletín de piel negra, mientras pulsa el octavo piso espera la respuesta de la mujer que acababa de entrar.

-A la quinta planta –la mujer, tras tragar la bola de nervios que le cortan la respiración, apoya la espalda contra la pared en busca de una sujeción que le impida caer al suelo.

El hombre pulsa el botón con el número cinco grabado en él, sin volver a prestarle ninguna mirada más.

La mujer agradece que no se percate del sudor que le resbala por la mejilla. Comienza a notar un sudor frío descender por la espalda hasta formar un charco sobre el borde de la falda. Maldijo al despertador, justamente tuvo que romperse en aquel fatídico día en el que las prisas la obligan a afrontar aquello.

Cuando el ascensor comienza su ascenso un sordo sonido detiene el cuadrilátero, parándoles entre la segunda y la tercera planta. El hombre presiona el botón de emergencia con la furia reflejada en su mirada, tras consultar su reloj de muñeca suspira enfadado, resignándose ante la situación.

La mujer, muy al contrario, deja que pequeñas saladas gotas surquen los lagrimales a punto de desbordar. Las paredes acristaladas en espigados espejos reflejan la angustia consumida que trata de esconder, bajo una poco creíble apariencia de control. La visión comienza a nublarse, desvirtuando la rectitud de su alrededor en un torbellino. El hombre a su lado le lanza una mirada por encima del hombro, irritado por la falta de compostura, sin preocuparse en absoluto de su estado.

La mujer con la cara empapada en sudor respira con dificultad, apoya la palma de la mano contra el cristal para no caer al suelo como un plomo. El calor sube a las mejillas como el vapor, en una sulfurada expresión. Jadeando agacha la cabeza a punto de desmayarse, siente el aire pesado y cargado. Las aletas de la nariz agitadas en un movimiento constante no consiguen aspirar el aire hasta los pulmones. Con respiración dificultosa baja cada vez más la cabeza hasta situarla entre las piernas. El hombre, agachándose mira por debajo del pelo que cuelga la cara de la mujer, que enrojecida por el esfuerzo muestra las venas de la frente a punto de estallar.

-¿Qué le ocurre? –pregunta inquieto.

Volviendo a apretar convulsivamente el botón de emergencia chilla al interfono pidiendo ayuda. Los nervios se apoderan de la pose altiva que cargaba durante todo el rato.

Al otro lado del altavoz una voz femenina en un tono de lo más neutro pregunta por la insistencia de la llamada. El hombre en cuanto oye comunicación, se acelera para pegar los labios contra la rendija y pedir ayuda lo antes posible. Observa a la mujer que ya ha caído al suelo y yace tumbada tan inmóvil que la desesperación acude violentamente.

Tras varios minutos de espera, las puertas se abren en un agudo chirrido. El hombre, que sentado al lado de la mujer se muerde el labio angustiado, se levanta de un brinco instintivamente.

En cuanto la mujer descansa sobre el frío suelo del pasillo, un uniformado empieza sus maniobras. El trajeado hombre espera sin importarle ya lo tarde que pueda llegar a su reunión, la culpabilidad le acusa de una manera silenciosamente atronadora.

La mujer abre los ojos muy levemente, perdida entre las numerosas miradas que se han amontonado a su alrededor. Confusa mira en todas direcciones, pero en cuanto dirige su mirada hacia las puertas medio abiertas del ascensor revive la experiencia imperpetua en su memoria.

Cada vez que pase al lado de cualquier otro ascensor volverá a sufrir los mismos espasmos y el mismo agobio que el que acaba de padecer.

Escrito por: Donocoe (2010-06-28)


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1 Stick  
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Intenso. Un perfil bastante autentico a decir verdad, general el terror deseado. Original.

2 Violinista  
0
Lo defino asi: intenso

3 Donocoe  
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Gracias





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