cuarto 12 capitulo 6: el loco (quinta parte)


Al día siguiente.
Martes, 10:13am, consultorio de Gerald.
— no tuve mucha suerte Gerald, ninguno de los que encontré anoche eran el Andrés santos que nos importa. Todos eran chicos de entre 14 y 17. —dice Laura parada en la puerta.
— aun nos quedan 6 días, no te darás por vencida, ¿o si? —le pregunta sin quitar la mirada de su lectura.
— claro que no, esta noche voy a continuar buscando lo mas que pueda, rebuscare en todas las redes sociales que pueda, a ver que encuentro, lo que prometo lo cumplo, te dije que te ayudaría, y eso voy a hacer… ¿me estas escuchando? —pregunta a Gerald que parecía estar en otro lugar, muy concentrado.
Laura se acerca a el.
— ¿Que estas leyendo?—le pregunta.
— disculpa, es que estoy muy interesando en esto. Son los apuntes de mi padre, en este en particular habla de un paciente con características similares al mío, pero pues creo que es autismo a un nivel muy avanzado, no me queda claro, la diferencia mas obvia es que este paciente del que habla mi padre reacciona a preguntas adecuadas, típico en autistas, pero el mío no reacciona a preguntas, aunque si a palabras que le recuerdan algo en su mente atrapada en algún recuerdo.
— ¿crees que tu papá haya tenido un paciente similar?
—la verdad creo que en toda su carrera mi padre ha tenido todo tipo de pacientes, su mas grande logro fue rehabilitar a uno que había perdido la razón por completo, básicamente solo era un cuerpo animado, mi padre o rehabilitó, aunque el paciente murió a los 10 meses, tubo un accidente en la carretera.
—que mala suerte
—si, pero papá estaba orgulloso de haberlo rehabilitado, incluso fue al velorio.
—sin duda tu are se compenetraba mucho con sus pacientes, al igual que tu.— dice Laura acercándose a la puerta.
— es un gran psiquiatra, su técnica era fenomenal, yo espero lograr lo mismo con Andrés, después de todo el no esta totalmente demente, tengo de donde colgarme para curarlo, esa es mi ventaja.
— ¿Has encontrado algo interesante o que sirva?—pregunta Laura desde la puerta.
— nada en concreto aun, solo unas técnicas que pondré en practica luego, pero hasta no encontrar un paciente de mi padre con las mismas características esto no me servirá de nada, al menos en esto, la verdad estos apuntes son muy valiosos.
— bueno, tengo que continuar trabajando, Gerald. ¿Nos vemos en la hora de almuerzo? —pregunta Laura saliendo de la oficina.
— si, allá nos vemos— le dice sonriéndoles.
—bueno, hasta luego, tengo que darle sus medicamentos a los pacientes del 4to piso.
Laura sale del consultorio.
Más tarde ese día.
Gerald se dirige al sótano, en el camino a la celda 66 se topa con el doctor Aguirre.
— ¿viene a ver a su paciente, doctor? —le pregunta.
Gerald no se detiene si quiera le contesta mientras avanza.
—si, para allá me dirijo, doctor.
— necesito que forme esto, doctor —le dice.
Gerald de detiene y regresa a ver que cosa era, el doctor Aguirre tena en las manos un folder.
— ¿que cosa es? —pregunta Gerald, recibiendo el folder.
— es el permiso que debe firmar, debe firmar eso para que su paciente pueda ser operado la otra semana, quizás el martes.
—ok, entiendo.
— léelo y fírmalo, me lo das cuando este listo.
— claro, se lo entregare después. —se dirige a la celda 66.
—me alegra que haya usted aceptado colaborar con los doctores alemanes, doctor. —le dice mientras Gerald avanzaba
— Bueno, las órdenes son de arriba, —Gerald se detiene, gira y mira al doctor— pero no le aseguro que mi paciente sea operado.
— ¿a que se refiere, doctor? —pregunta con una cara de extrañez.
— aun quedan 5 días, en los que voy a trabajar con mi paciente y lograre su alta de cuidados especiales. — contesta con una sonrisa.
— ¿en 5 días? ¿Lograras en 5 días lo que el doctor aguilera no logro en meses?
— si, y usted me firmara el alta.
El doctor Aguirre sonríe.
— para poder sacar del sótano a ese paciente tendría que mostrar una significativa mejoría, y tu paciente necesita mucho trabajo.
— eso depende del tratamiento y encontrar las técnicas correctas, tengo 5 días, y al final de esos 5 dias, usted me firmara el alta de cuidados especiales y lo subiré a piso.
Gerald gira y continúa caminando en dirección a la celda 66
Más tarde ese día, sala de descanso del hospital, primer piso.
7:35pm, hora de salida.
Gerald se encuentra sentado en uno de los muebles, leyendo detenidamente el documento.
Laura, saliendo dirigiéndose a la salida lo ve y se acerca a el.
— ¿pensé que ya te habías ido? —le dice.
— no, aun no, tenia unas cosas que hacer, además quería leer esto que me dio el doctor aguerre. —le contesta.
— ¿que es? —pregunta.
— son los permisos que debo firmar, de esa manera autorizo a los doctores alemanes a operar a Andrés.
— ¿los vas a firmar? —se sienta a su lado.
— pues, aun no termino de leerlo, está lleno de clausulas, era de imaginarlo, básicamente dejan en claro que cualquier anomalía posterior a la cirugía no los hará responsables, si firmo esto seria una sentencia de muerte.
— ¿no estas exagerando? No creo que se valle a morir.
— tienes razón, pero aun así, esta seria una cirugía innecesaria, no tiene razón de ser.
— pues no lo firmes. —le dice.
—esta es solo una formalidad, de no firmar pues igual operarían a Andrés, salvo que de algo salir mal pues estaría en mi derecho de reclamar, esto me exonera de reclamos.
—estas muy alterado, necesitas relajarte un poco ¿por que no vamos a beber algo? Yo te invito.
— ¿que? —dice Gerald extrañado
— si, hay un bar aquí cerca, aun es temprano, vamos a beber algo, se nota que estas tensionado.
— ¿y como no estarlo? —dijo Gerald.
—por eso, que dices, te hará bien distraerte un rato.
— ok, terminare de leer esto en casa. —Gerald se levanta del asiento del la sala de descanso. — pero yo te invito a ti, ¿bien? —sugiere gerald.
—ok, doctor lo que usted diga —le contesta Laura.
Salen del hospital.
Más tarde esa misma noche, en la casa de Gerald. Este se encontraba en el sofá de la sala nuevamente, estaba aun leyendo la autorización que tenia que firmar, cerca a el, los viejos libros de su padre, libros que estaban ahí desde la noche anterior y días anteriores, libros que Gerald estaba devorando hasta altas horas de las noches.
Eran la 1:00 am, el cansancio era notorio en la mirada de Gerald, se podía ver en su mirada que se moría por irse a dormir, pero Gerald no estaba conforme, quería seguir trabajando, creía que se estaba acercando.
Arroja a un lado los apuntes que tenia, se recuesta en el sofá de su sala, se soba los ojos tratando de despertarse un poco y seguir leyendo.
Gerald se levanta y toma la taza de café vacía que estaba cerca, se dirige a su cocina. Tenia la intención de amanecerse si es posible leyendo, su prioridad era sacar al paciente 66, Andrés santos del sótano del hospital SANTA LAURA.
Gerald estaba preparando algo de café cuando el teléfono suena.
Gerald se dirige a contestar — ¿Quién será a estas horas?— pensó.
— ¿hola?— contesta extrañado.
—hola, Gerald, soy yo…jesus…
— hola, ¿como estas, amigo?
—bien, bien, disculpa que llame tan tarde pero recién me enviaron la información que necesitas.
— ¡¿acerca de Andrés santos?! ¡¿Encontraste algo acerca de el?!—pregunta emocionado.
— si, me acaba de llamar un amigo de la central, me dice que aparece en el registro, mañana temprano voy a recoger la información y no se, ¿cuando puedes venir a mi casa a recogerla o nos vemos en algún lugar?
— ¿que tal si nos vemos mañana en el bar al que solíamos ir, lo recuerdas?
— si, el que esta en la avenida Ferrer, cuadra 12, ¿Cómo voy a olvidarlo? Voy ahí casi siempre.
— mañana entonces, a las 7:00 pm, ¿ok?
—muy bien, ahora seguiré durmiendo, amigo, hasta mañana.
—hasta mañana.
Cuelgan.
Gerald se alegró, sin duda lo que haya podido encontrar Jesús, le seria de ayuda, en estos momentos todo lo relacionado a Andrés santos le serviría muchísimo.
Al día siguiente, a las 7:00pm en punto Gerald llega al bar “KAZKADA” entra y se sienta a esperar a su amigo.
A las 7:15pm Jesús llega al bar, Gerald lo ve entrar y le hace una señal con la mano.
Jesús se acerca y saluda Gerald con un fuerte abrazo, después de todo no se veían hace mucho tiempo.
— me da gusto verte nuevamente, haz cambiado mucho, amigo. —le dice Gerald.
Se sientan.
—tu también estas muy cambiado, estas mas delgado, aunque con la misma cara de preocupación de siempre. —dice sonriendo.
— pues si, tengo algunos problemas a cuestas, el trabajo, ya sabes.
— si, ¿ves estas ojeras? —Las señala — son por el intenso trabajo investigativo, en parte por ti, no fue fácil encontrar algo acerca de ese Andrés.
— de verdad te o agradezco amigo, te agradezco haberte tomado el tiempo.
—jejeje… bueno, exagero un poco, le dije a un amigo en la central que trabaja en registros que lo buscara, sabia que si ese Andrés había hecho algo, o alguien había denunciado una desaparición o algo, ahí estaría. Tomo casi 2 días pero encontró esto.
Le da el folder que traía en las manos.
— léelo, no es mucho, pero pues estoy seguro que es el mismo sujeto. —le dice.
Gerald toma el folder y ve la foto de Andrés que estaba dentro, que diferencia con la apariencia actual del joven.
— si, es el, sin duda…— Jesús interrumpe.
— ese reporte es por contratar prostitutas ¿sabes? Y tiene 3 arrestos por lo mismo en un rango de 10 meses. Me atrevo a decir que se volvió loco por eso, debe ser un pervertido.
— jejeje… no, no creo que sea por eso, pero es interesante…— dice mirando y leyendo el reporte. — ¿esta es su dirección, cierto?
— a ver… —Gerald le muestra la hoja —… si, esa es la dirección de donde vivía, al menos en esa fecha.
— genial, iré a ese lugar espero encontrar a alguien que lo conozca… ¿y estas de aquí? —pregunta.
— esas son las direcciones de los lugares en los que se le arrestó, son lugares de la ciudad en los que hay mucha prostitución, tu loquito era asiduo visitante de esos lugares y seguramente de los clubs cercanos.
—también voy a ir a esos lugares, alguien debe recordarlo.
— alguien de tu nivel, un profesional, ¿visitando esos lugares de mala muerte para investigar a un sujeto? Por favor, creo que te equivocaste de profesión— sonríe —, debiste estudiar para detective.
— es que es muy importante, necesito la mayor información acerca de ese paciente, de otra forma lo van a operar, y no quiero eso para el.
— ¿operar dices?
— si, y solo tengo hasta el lunes o martes para evitarlo.
—bueno, espero que esto te sirva de algo y si vas a esos lugares pues ten mucho cuidado, no valla a ser que et arresten, jajaja… bueno, ¡mozo! —Grita — vamos a brindar pro este reencuentro, amigo.
— claro, quiero que me pongas al día de todo, ¿sigues viendo a los chicos de la banda? —pregunta Gerald.
Al día siguiente, jueves.
Gerald se dirige al sótano, en el camino es interceptado por el doctor aguerre, otra ves.
— doctor Gerald, buenos días, necesito hablar con usted
— buenos, días doctor… respecto a la autorización, aun no la he firmado, lo voy a hacer cuando… —lo interrumpen.
—no es por eso, es acerca del paciente 66.
— ¿que ocurre? —pregunta Gerald.
— esta ayer atacó a una enfermera nuevamente.
— ¿como? ¿Qué ocurrió?— pregunta y se dirige a la celda 66.
— pues unas enfermeras ingreso a la celda para llevarlo a los aseos, una de ellas cogió una fotografía que estaba en el suelo y el arremetió contra ella, le quitó la fotografía, menos mal solo la tiró al suelo, la otra enfermera lo pudo inyectar, pero se llevo un buen susto, hacia mucho que no hacia esto este paciente.
— así que ice que le quitó la fotografía… eso es un avance…
— ¿que dice? —pregunta el doctor Aguirre con una expresión de extrañes.
— la exposición a la fotografía estimulo su memoria conectándolo con la realidad, jejeje… lamento lo de la enfermera pero esto es un avance.
Llegan a la celda.
Gerald abre la celda.
— ¿esta atado? —Gerald se sorprende al ver a su paciente atado a la pared desde unos aros de acero que estaban en la celda.
Estaba atado con unas correas que salían de su camisa de fuerza a los aros de la pared, igual en sus tobillos, estaban atados con correas también conectados a los aros de la parte de debajo de la pared.
— ¡¿Por qué está atado?! —pregunta Gerald.
— yo ordene atarlo, por seguridad, las enfermeras deben estar seguras.
— ¿pero no cree que es demasiado?
—no, son las normas, si los pacientes atacan deben ser atados, y dopados par controlarlos. —le contesta el doctor.
Gerald ingresa.
— bueno, ahora es mi responsabilidad, suéltelo. —dice Gerald mirando enojado al doctor.
—lo lamento, pero no se va a poder, esta estipulado así en las normal de cuidados especiales, puede tratarlo así como está, ya esta despierto.
Gerald gira y efectivamente Andrés estaba despierto.
— No puedo hacerlo así, necesito que esté libre… —se acerca al paciente.
—lo lamento, pero no puedo hacer eso.
Gerald se quedó en silencio un instante.
—Bueno, no importa… —gira y mira al doctor.
—…
— no voy a dejar que esto me detenga, voy a trabajar con el, atado o suelto, me las arreglare.
— Perfecto— dice el doctor algo extrañado.
— ahora déjeme solo, quiero comenzar a trabajar con mi paciente.
— de acuerdo, doctor… —gira y se dispone a salir.
—antes que se retire, ¿donde esta la fotografía? La necesito.
—lo siento, pero se destruyó. —contesta e doctor Aguirre saliendo de la celda, se notaba una pequeña mueca, casi parecía una sonrisa.
— no importa, tendré que imprimir unas nuevas, no hay problema.
Gerald sabia que el doctor herrera estaba tratando de sabotear su labor, peor no dejaría que eso lo moleste. El avance de Andrés al tomar por si mismo la fotografía, es sin duda un gran avance, clara señal de que comienza a conectarse con la realidad.
— no te preocupes Andrés, te voy a sacar de aquí muy pronto, solo trata de poner de tu parte, ¿si? no ataques enfermeras, amigo. —le sonríe. — bueno, comencemos a trabajar.
Más tarde ese día, a la hora de salida del hospital.
7:18pm.
Laura y Gerald conversan mientras se dirigen al estacionamiento.
— ¿estas segura que quieres venir conmigo, Laura?
— si, es mejor que vallas conmigo que solo, esos lugares suelen ser peligrosos.
— por eso mismo, no es lugar para una chica como tu.
— lo se, pero tampoco para alguien como tu, así que estamos en la misma circunstancia.
— ok, esta bien, además así podrás cuidar mi auto. — sonríe.
— ay… que chistosito…
Llegan al auto.
Ya dentro.
— primero iremos a la dirección en donde vivía, aparentemente. — dice gerald encendiendo el auto
— ok. —contesta Laura colocándose el cinturón.
— si en caso nadie nos da respuesta de el, que es lo mas probable dado que al parecer nadie denuncio su desaparición, iremos a donde fue arrestado por contratar sexo servidoras, visitaremos algunos clubes y mostraremos su fotografía. Alguien debe reconocerlo.
— esperemos que si. La verdad la búsqueda en internet esta algo lenta, ya revise mas de 800 Andrés santos y nada, pero descuida, aun hay tiempo, no mucho, pero hay tiempo, voy a seguir buscando.
— Si no encontramos respuestas en los clubes ni en su dirección, o algún amigo de el en internet —arranca— pues la verdad no se me ocurre que mas podríamos hacer por el.
Gerald conduce hasta la avenida lirios, cuadra 21, edifico 466, en donde al parecer vivía Andrés santos. Estaciona el auto afuera.
Bajan.
— ¿me esperas aquí o…? —sugiere Gerald.
— ¿estas loco? Me muero de curiosidad.
— ok, vamos, creo que mi auto esta seguro aquí, la zona se ve tranquila.
Gerald y Laura ingresan al edificio.
— piso 12, apartamento 34, aquí es...
— toca, a lo emjor hay alguien… —dice laura.
— eso espero —toca la puerta unas cuantas veces.
De adentro de escucha una vos, era la voz de un hombre viejo.
— ¡ya va!, ¡ya va! —Repetía — ¡espere!
— ¿Será su papá?— pregunta Gerald en vos baja a laura
— suena como su abuelo —esta contesta y sonríe.
— ¿si? ¿Qué se les ofrece? —pregunta el anciano con una expresión de confusión y de extrañez que abrió la puerta.
— buenas noches, soy el doctor Gerald Domínguez, yo…—lo interrumpe.
—Yo no llame a ningún doctor…— dice el anciano sujeto.
— lo se, no vengo por una emergencia, aunque de algún modo si…
— decídase, joven…
— bueno, ¿conoce usted a Andrés santos? —le pregunta sacando la fotografía de Andrés una carpeta que traía en las manos.— es este hombre de aquí —le muestra la fotografía.
El achina los ojo y se acerca para tratar de ver mejor, observa la fotografía y mueve la cabeza en señal de un no.
— No, no conozco a ese hombre, jamás lo había visto. — contesta.
— ¿Esta seguro, señor?— pregunta Laura.
— estoy viejo, mal de los riñones y del colon, pero no tengo alzheimer, mi memoria esta muy bien, y si digo que jamás lo he visto es pro que jamás lo he visto, ¿ok? Ahora dejen…
— ¿cuanto tiempo lleva usted viviendo en este apartamento? —pregunta gerald, cogiendo la puerta con la mano, evitando que el viejo gruñón se la cierre.
— ¿que les importa?, ¿quienes son ustedes? —pregunta.
— escuche, necesitamos saber, ¿si? ayúdenos un poco, no somos delincuentes, ni nada, yo soy doctor, soy psiquiatra y uno de mis pacientes al parecer vivia aquí yo…
— eso no me interesa, ahora déjenme desca…
— por favor señor, no sea así, ayúdenos, solo contéstenos eso y nos vamos ¿si? yo se que usted es un caballero y me ayudara.
— mmm… solo por que tu eres una bella jovencita, te contestare, pero nada mas eso…
— muchas gracias, señor…
—me llamo Félix, Félix Ribeiro, puedes llamarme Félix — le sonríe.
— ok, Félix, dinos, ¿cuanto tiempo llevas viviendo en este apartamento? —pregunta Laura sonriendo dulcemente ante los coqueteos del anciano.
— bueno, mi hijo me alquilo este departamento, yo antes vivía con el en su casa, pero su esposa hizo que me sacara, es una bruja apestosa, y mi hijo un mandilón que hace todo lo que ella le manda, en mis tiempos no era asi, yo le decía a su madre una cosa y ella me obedecía, yo llevaba los pantalones, jamás saque a mi papá de casa mi padre murió a los 98 años, murió en mi casa, pensé que por tradición yo moriría también en casa de mis hijo…— Gerald y Laura se miran uno segundos luego vuelven a mirar al anciano —…aun tengo la esperanza que ese mandilón recapacite y me regrese a su casa, aunque lo mas probable es que esa bruja se niegue, como la odio…
— ¿y cuando lo trajo aquí su hijo? —pregunta gerald.
— ah, pues a eso voy, a eso voy… un buen día estaba en la sala de mi casa juagndo con mi nieto cuando escucho que esa loca mujer le gritaba a mi hijo, diciéndole que soy un estorbo y que quien sabe que mas cosas, ella quería que me sacaran de ahí, y amenazó al mandilón de mi hijo, este sin mas ni mas me sacó. La bruja está creída que me llevaría a un asilo, de ancianos, pero no fue así, al menos mi hijo en eso no le hizo caso, me alquilo este apartamento para mi, me compro muebles, una televisión enorme para ver mis particos de futbol y un frigidez lleno de comida, comida sana, pero no importa, a veces envió por pizza, se que me hace mal, ¿pero que demonios? Moriré satisfecho.
— ¿cuando lo trajo su hijo?— pregunta nuevamente gerald.
— hace unos 2 años mas o menos, si, quizás un año y 10 meses.
— ¿sabe quien estaba en este apartamento antes de usted? —pregunta Gerald.
— ¿y como carajos voy saber quien estaba aquí antes? —dice el anciano algo enojado.
— Bueno, gracias, Félix —le dice Laura — gracias por ayudarnos.
— De nada, preciosa.
El anciano se disponía a cerrar la puerta de su apartamento, pero Gerald detiene la puerta.
— un momento, una cosa mas, señor…
— ¿y ahora que quieres, muchacho? —pregunta enojado.
— ¿En que piso vive el dueño del edificio o el casero?—pregunta Gerald.
— el casero no vive aquí, viene los 25 de cada mes y cobra las restas, por eso mi hijo los 23 me tiene que estar dejando el dinero.
— entonces no vive aquí. —repite Gerald.
— eso acabo de decirte, muchacho, para ser psiquiatra eres muy lento, hijo, viene cada 25 a cobrar, aunque como es amigo de mi hijo a veces no me recibe el dinero, es un buen sujeto, el compro este edificio hace 3 años mas o menos y lo remodelo, tiene mucho dinero el desgraciado.
— ¿el compro el edificio hace 3 años dice?
— si, cuando mi hijo me dijo que me traería aquí pensé que encontraría un verdadero basurero, después del incendio que hubo esta cuadra quedo destrozada…
— ¿incendio dice? No sabía eso.
— nadie nace sabiendo, hijo, por eso ahora te estoy contando; resulta que en este lugar, en esta cuadra hubo un incendio hace ya unos 4 años mas o menos, el lugar quedó muy mal, ¿Qué no ven las noticias?
— ahora que lo dice, creo que si escuche de un incendio e la ciudad, pero no exactamente en donde. — dice Laura
— no hay muchos incendios es esta ciudad, linda, sin duda fue el que hubo aquí. El incendio consumió partes del edificio que eran importantes en la infraestructura, se sacó a muchas personas del lugar, el ex dueño, esto me lo conto mi hijo, se vio obligado a vender el edificio, lo que fue un gran negocio para el actual dueño, el cual mando a reparar el edifico y mírenlo, no quedó nada mal, fui uno de los primeros en llegar, ahora estoy rodeado de estúpidos estudiantes que se a pasan haciendo ruido, ¡como los odio!
— ¿eso quiere decir que los de este piso y quizás todos los del edificio son nuevos?—pregunta Gerald.
— si, eso quiero decir, ahora con su permiso, hasta luego, lindura— se despide de Laura nuevamente y cierra su puerta.
— Creo que aquí no encontraremos absolutamente nada, ignoraba que el lugar fue remodelado por un incendio —Gerald algo decepcionado se dirige a las escaleras.
Laura lo sigue.
— bueno, aun es temprano, vamos a buscar en esos clubes que dices.
—esperaba no tener que ir, pensé que aquí encontraría algo de utilidad.
—bueno, no te desanimes, no es nuestra culpa que hayan remodelado el edificio, son las cosas de la vida, esperemos tener mas suerte en los clubes. ¿Dónde dices que quedan? —pregunta Laura.
— avenida Ignacio aguerre, cuadra 12. Ahí fue arrestado, en 2 ocasiones, podemos suponer que era asiduo visitante de los clubes cercanos. Lo malo es que hay como 20 en esa misma avenida.
— bueno, visitemos unos esta noche y mañana podemos visitar algunos mas.
Gerald y Laura salen del edificio y se dirigen a la avenida Ignacio aguerre, lugar en donde Andrés santos fue arrestado en 2 ocasiones. A las 8:45 de la noche llegan al lugar.
—Esta es la cuadra 12 —dice Gerald condiciendo lentamente y mirando el lugar.
— valla lugarcito, no me estrañaria toparme con algunas de mis amigas de la secundaria por aquí —comenta laura.
— ¿pues a que secundaria fuiste?
— no a una muy buena te diré.
— Preguntarles a estas chicas seria inútil, ¿no crees?— mira a Laura —¿o crees que serviría de algo?
— pues no lo se, míralas, son tantas…
— preguntemos un poco.

continuara...

Escrito por: FranckPalaciosGrimaldo (2010-07-06)


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