Culpa


Luego de ver hecho la macana, como es de esperar, llego la reflección a su mente.
Había matado a una persona, por lo que, la reflección, fue más un tortuoso tormento del recuerdo que deja la culpa.
Cuando intentó conciliar el sueño, retazos de imágenes lo asecharon al cerrar los ojos, Saltó de la cama, asustado, la mano en el pecho agitado.
Su respiración se fue normalizando y su susto desapareció, dejando secuelas traumatizante en su mente. Fue al cuartito del baño, se mojó la cara para despabilarse y vio dos personas reflejadas al espejo,
Palideció, erizándole los cabellos y Como si sus huesos estuvieran oxidados, intento girar la cabeza en un estertor movimiento hacia la puerta, no vio nada. ¿Qué había sido eso? ¿Acaso la personificación de una alma materializada? ¿Y, en el espejo?
Advirtió que se seria imposible dormir en aquella casa luego de tal suceso, No quiso volver la cara al espejo, se acomplejo de tal forma que el rose de cualquier cosa, por sutil que sea, lo sacudían en un ataque de nervios.

El suceso más destacable de aquel desdichado día, fue ir a “disculparse” a la tumba.

Por lo que:

Tomo las llaves del auto, fue al bosque donde había enterrado la victima, y con una idea, desesperada de calmar sus tormentos mentales, debajo del bulto de tierra, comenzó a rezar con fervor.

Rezo y no paró, hasta que comenzó hacerse de noche, y antes de dejar el tétrico lugar, que de por si lo abrumaba en demasía, creyó estar protegido por un espirito nacido de su buen acto de confesión.

Volvió a la casa, aferrado a un sentimiento invisible
Pero que al menos lo tranquilizaba.
Luego, como un diluvio, comenzó a llover, cosa que el contrarresto el mal presagio con positivismo, <ya me disculpe, todo debe estar en paz>. Se quito los zapatos y entro al cuarto a dormir, la sabana larga no dejaba entrar la luz debajo de la cama y lo que hubiera hay abajo. Con el rosario en mano, luz prendida, y los nervios de pluma, se predispuso a dormir, acurrucado, con varias frazadas encima como si fueran escudos. Y cuando decidió cerrar los parpados, un aire extraño entro por la puerta, (¿algo ocurrió? No se supo: el hombre sonrío, se levanto como si nada ocurriera, bajo las persianas, y apago las luces con seguridad.


Escrito por: Violinista (2010-06-30)


Ranking: 0.0/0


1 Ivo  
0
Buen final. Algo siniestro

2 FranckPalaciosGrimaldo  
0
vaya, buena historia, jeeje... el remordimiento mata en algunas ocasiones.





Copyright HistorieSense © 2024