El camino oscuro de la muerte


Muerto, encerrado en un cuerpo latiente sin llegar a disfrutar de la libertad mortal, la vida parece un conjunto de anodinas sensaciones. Busco emociones que me evoquen el recuerdo de lo que una vez fue parte de mí, del deseo carnal que tanto me satisfacía justo antes de conocer a Marcus.

Marcus, ese hombre de mandíbula ancha y frente destacada, me encarcela a su voluntad con su mirada sibilina pincelada con toques de feminidad. Noto cómo sus ideas pasean como visitantes por mi mente, borrando sin esfuerzo mi identidad.

Pensamientos contrapuestos luchan en mi interior, ideas que me están volviendo loco, que hacen que dude de todo. No distingo sueño de realidad y mezclo conversaciones vividas con las creadas por su imaginación. Dentro de mí se baten mis ansias por liberarme con las de unirme a él para toda la eternidad.

Sé que llegará un día en el que no habrá posibilidad de retorno. Y tengo miedo, miedo a olvidar, y sentir como mío aquello que tanto he odiado.

Noche a noche la conciencia se aleja cada vez más. Obvio el dolor que cada noche provoco, frivolizo sobre las muertes desgarradas bajo mi despotismo, camino como si el mundo temblara bajo mis suelas.

Marcus ha creado el monstruo que me gobierna, y aunque una pequeña parte todavía le rechaza, no soy capaz negarme a entregarle la pasión de mis besos. Me domina y me altera, llenándome con la culminación gelatinosa de su ser.

Pero esta noche me propongo no ceder, dominando a tientas el valor que me queda, decido acabar con todo esto de una vez.

Unos ojos escondidos bajo párpados arrugados me vigilan desde el otro lado de la barra. No me inmuto a pesar de sentir su hostilidad. Es más, crezco con su desdén. Marcus está a mi lado, imperturbable le confío mi tranquilidad.

El hombre se levanta de su silla y se acerca con la mano escondida bajo la chaqueta, ignorando las consecuencias que le puede acarrear.

Marcus descubre sus intenciones mucho antes de haberlo decidido siquiera, y con su típica sonrisa socarrona, espera impaciente que se aproxime.

El hombre apoya la palma libre a escasos centímetros de nuestras copas, desafiante. La situación, extrañamente comienza a parecerme divertida, es la primera vez que alguien osa hacer semejante cosa. La simple facha de Marcus es suficiente para espantar cualquier intento de acercamiento. Me quedo tan sorprendido que espero en silencio el siguiente movimiento. Marcus, inalterable, clava su mirada torcida sin pestañear. El hombre agachando la cabeza acerca sus labios para susurrarle algo al oído. La la quemada cara del visitante destaca sobre lablancura de su piel.

-Tú me la quitaste…- pronunció con voz ronca cargada de dolor.

Marcus, escuchó cada sílaba alimentándose de su tortura.

Un chasquido en mi consciencia hizo que me despertara, aquel hombre no buscaba venganza, el labio consternado temblaba sobre una mandíbula apretada con fiereza. Las manos mostraban varios torpes cortes recientes. Desprendía un olor a alcohol que debía haberme alertado.

Prevenido me levanté para situarme entre ambos, pero un rápido movimiento de Marcus acabó con su dolor antes de que pudiera mover un dedo. El filo de su navaja desaparecía entre los pliegues de su cuello, amenazando con desbordar un chorro de sangre. El cuerpo cayó acuciante como un plomo al suelo, provocando un estruendoso estrépito.

-Le he dado lo que me ha pedido –se limitó a contestar sin levantar la cabeza. Acomodándose en la silla continuó bebiendo su copa como si nada hubiera pasado.

El hombre en el suelo descansaba. Su expresión relajada hizo que entendiera lo que me acababa de decir Marcus.

El suicidio es un acto muy cobarde reservado para valientes.

Me vuelvo a sentar y termino mi copa a pequeños sorbos, saboreando su sabor afrutado.

Escrito por: Donocoe (2010-06-30)


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1 robles  
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Me encanto, la trama me sumergió hondo

Destaco:
El suicidio es un acto muy cobarde reservado para valientes.

Excelente


2 Donocoe  
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muchisimas gracias, la frase que destacas me surgió mientras viajaba en el metro y tuve que apuntarla en el dorso de la mano para no olvidarla (me pasa esto a menudo). Muchas gracias





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