Esperaba el tren |
Esperaba el
tren. El banco donde sentaba era un de esos de metal frío, el ambiente helado. Cada
tanto venían esos vientos del sur que empujaban las basuritas y le agitaban
todo su sistema nervioso. Su vista en la lejanía,
se posicionaba en un punto ciego, donde debían, supuestamente, aparecer las
primeras luces del tren. Lo previsto no
sucedió, luego de una hora el tren no llegaba aun, ella no solamente tenia
frío, si no que, literalmente, estaba muriendo de frío. Era una
forastera en aquella ciudad, sus escasos recursos ya ni siquiera daban una
noche más en un hotel, en las calles paresia doblegar el frío, y su poco
equipaje de viaje había sido arrebatada por un hombre desconocido. Entre la
rabieta y estornudos, se acurrucaba en un intento de generar calor, su figura
actual rayaba en lo sensible y lastimoso. Paresia un
maniquí. Estática y petrificada se mantenía. Una fina capa de polvo de hielo
comenzó a cubrirla, tanto así pasaron las horas que, cuando intento mover un
brazo, sus nervios se habían congelado sin poder formular movimiento. A lo dos días,
cuando el tren se había recuperado de su percance, Y así normalizado su
recorrido, en el momento en que los pasajeros
de Hopper pasaron por una estación vacía, pudieron contemplar por sus ventanas,
a una increíble escultura de hielo femenina, en la cual reflejaba un rostro de desesperación
mortificada, como si hubiese querido moverse. Esto afecto a los viajeros, dejando
por unos momento, unos instantes de aluciado entretenimiento. |
Escrito por: Violinista (2010-06-17)
|
Ranking: 0.0/0 |
|